Me encanta cuando nos reunimos todos. Quiero transmitir ese legado a mis peques y por el momento parece que a ellos también les apasiona (se pasaron el sábado haciendo y dibujando gorros para la fiesta ¡mis amores!) Pero desde hace cinco años siempre en cada una de ellas me falta algo. Es como si estuviera pero no está. Es como una de esas personas semitransparentes que el ilustrador Miyazaki nos muestra en su fascinante película "El viaje de Chihiro". Y es que hace cinco años despedimos a mi otra abuelita. Mi querida y especial Abuelita Luisa!
De su ausencia, desde su recuerdo y también desde la tristeza por su falta surgió en mí una gran necesidad de contar, de decir, de expresar, de canalizar,... no estoy segura como definirlo. Quizá desde todo ello nació este cuento...
La dedicatoria de este cuento dice así: "Porque nos contagiáis la perfección con la que nos véis"
Y es que ¿hay acaso a lo largo de nuestro camino alguien que nos haga sentir más perfectos que nuestras dulces y amorosas abuelitas?
¡Os adoramos Abuelitas!
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